Como cada año cuando se acerca el verano nuestra piel comienza a temblar ante la que se le viene encima. Horas al sol, comidas fuera de casa, poca agua… Ya sabéis de lo que hablo.
Por mucho que nos veamos más guapas/os con nuestro nuevo bronceado, nuestra piel sufre. Se trata del órgano que nos protege de lo exterior, y no es invencible; hay que cuidarlo. Si vamos a exponerlo a condiciones más duras de las habituales, al menos intentemos no maltratarlo, ¿no?
Aquí te dejamos unos consejos para que tu piel se mantenga sana y bonita. A corto plazo notarás la diferencia y el día de mañana lo agradecerás infinitamente.
¡Que disfrutes!