La microbiota de la piel es como una primera línea de defensa, en la superficie cutánea cohabitan bacterias hongos y parásitos que en condiciones normales constituyen un complejo ecosistema que viven de forma natural y simbiótica sobre la piel.
Una microbiota cutánea en buen estado ayuda a regular los procesos inflamatorios, combatir el daño solar y el estrés oxidativo, contribuye a la cicatrización de tejidos, y a su vez protege contra los alérgenos y frente a patógenos externos.
Antes de empezar un tratamiento de depilación eléctrica, siempre vamos a proceder a desinfectar la piel antes y después del tratamiento, y finalizamos con la aplicación de una crema cicatrizante, habitualmente es suficiente para una correcta cicatrización, pero en algunas personas si la microbiota cutánea no está bien equilibrada puede aparecer a las 24 h o 48 h una pequeña foliculitis en la zona tratada.
En la zona que más habitualmente suele ocurrir, es el labio superior y las bacterias que con más frecuencia producen este tipo de infecciones de la piel es el estafilococo.
Para intentar evitar esta foliculitis extremaremos la asepsia y antes de empezar el tratamiento primero limpiaremos la zona con un jabón bactericida y después procederemos a desinfectar con alcohol de 70º, antes y después del tratamiento, aplicando después la crema cicatrizante, si esto no fuera suficiente el dermatólogo deberá recetar una pomada antibiótica para aplicar los dos o tres días posteriores al tratamiento.
Estas reacciones pueden ser variadas, apareciendo desde una mancha, una reacción urticarial o llegar a ocasionar incluso una quemadura según el tipo de medicación que se esté ingiriendo.