La depilación basada en el láser o en la luz pulsada intensa, es decir métodos de eliminación del vello gracias a la luz (que se engloban en término “fotodepilación”).
¿Cómo funciona la fotodepilación?
El pelo y la piel son de distinto color porque contienen pigmento de melanina en diferentes cantidades. Éste es el principio en que basan su eficacia tanto el láser como la luz pulsada intensa. La materia más oscura, que suele ser el pelo, absorbe el haz de luz y lo conduce por el tallo piloso hasta el bulbo. Éste carece de pigmento, pero se destruye gracias al calentamiento que la luz produce en toda la estructura.
Así funciona en teoría. No obstante, hay que tener en cuenta algunas circunstancias:
Los pelos que pueblan la piel se hallan en distintas fases del ciclo de crecimiento; en las iniciales ni siquiera son visibles y escapan al alcance de la luz. Por eso, cada zona debe someterse a varias sesiones de fotodepilación. Entre unas y otras, el vello sólo debe combatirse con el rasurado o la crema, pues es indispensable preservar el tallo piloso y no arrancarlo, como ocurre con cera y otros sistemas de tracción.
La fotodepilación se complica cuando el vello es rubio o blanco (ya que absorbe la luz en menor medida), y también cuando la piel es oscura (ya que puede absorber la luz dirigida al pelo y sufrir quemaduras). La solución pasa por afinar en la elección del tipo de luz: láser alejandrita, láser de diodo, luz pulsada intensa…
La luz se administra en pulsos o disparos para los que se define la duración, el diámetro del spot o área cubierta y la fluencia o dosis de energía. Estos parámetros varían según el fototipo de la persona y el tipo de luz empleada, para dañar lo más posible el pelo sin afectar a la piel. Si es preciso, el disparo se sigue de un enfriamiento forzado para evitar quemaduras.
¿Cuando no conviene la fotodepilación?
En principio, no es adecuada para las personas muy jóvenes.
No es conveniente recurrir a este método para eliminar vello de zonas muy delicadas.
Es desaconsejable en áreas con pecas oscuras, quemaduras, tatuajes…
Es mejor esperar postergar las sesiones si está embarazada o amamanta a un bebé.
También es mejor dejarlo para otro momento si tiene fiebre o sufre una infección.
No es una opción conveniente si su piel está afectada por alguna enfermedad o padece un herpes o acné severo, o si sufre de varices, diabetes o epilepsia.
Hay determinados medicamentos cuya ingesta puede causar reacciones adversas por exposición a la luz o alteraciones en el crecimiento del vello.