
LAS PESTAÑAS QUE QUIERES A UN POST DE TÍ
¿Quién no ha soñado con tener los ojos más claros, o más oscuros? ¿Con tener un pelo más liso? ¿O más rizado? ¿Con tener más caderas? ¿O menos?
¿Por qué será que siempre queremos lo que no tenemos?
Pero hay una cosa en la que siempre coincidimos, en querer unas pestañas largas, de esas que convierten tu mirada en la mirada protagonista.
Si buscas en Internet encontrarás miles de productos que prometen milagros, productos que si lo consiguen es gracias a sus compuestos químicos, y ni siquiera suelen dejar contentos a sus «consumidores».
Pues bien, os traemos la respuesta natural a vuestros deseos; EL ACEITE DE RICINO.
No vamos a hablar de todos los beneficios del aceite de ricino, porque son muchos, para diferentes fines y zonas del cuerpo, pero también con muchas contra indicaciones y advertencias. Vamos a centrarnos en su gran y natural poder nutritivo y fomentador del crecimiento.
Así pues, conozcamos a este maravilloso aceite:
Es un potente abrillantador y suavizante de pestañas y cejas, fortalece a estas haciendo que se vean más lustrosas, espesas y largas.
A pesar de ser de una textura un tanto pegajosa, su bajo precio y su eficacia lo convierten en un remedio más que atractivo.
Cómo puedes usarlo:
· Si tienes por casa alguna brocha de máscara de pestañas que se te haya acabado, secado, no uses… Cógela, límpiala bien con agua tibia y sumérgela en el aceite de ricino. Te recomendamos realizar esto cada noche (1 vez al día) puesto que es cuando menos parpadeamos, aun así, queda a tu elección.
· Aplica poco producto; procura que no gotee y ten cuidado en que no te entre en los ojos, ya que podría irritártelos.
· A la mañana siguiente limpia tu rostro como suelas hacerlo.
Es importante que seas constante para ver realmente los resultados.
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